Nuestra Historia, Nuestras Ganas
Hubo un día de noviembre que nos cansamos de buscar un bar que sea como la extensión de nuestro living en está preciosa ciudad. Debo admitir como uno de los últimos porteños que Buenos Aires tiene todo excepto esto donde hoy estamos. Recorrimos muchas ciudades de nuestro país y del mundo, Bariloche, Mendoza, San Francisco, el Valle de Napa, Las Vegas, Miami, Los Ángeles, Orlando, Madrid, Roma, Londres , Berlín y hasta el mismísimo Múnich para disfrutar el Oktoberfest. Varias veces nos sentimos satisfechos, a gusto y muuuy conformes pero siempre éramos visitantes. Nunca estábamos en «casa». Podríamos contar miles de anécdotas sobre bares y ciudades que pisamos, pero hoy decidimos otra cosa, decidimos que el buen gusto y las buenas historias tenían que ser nuestras, por eso hoy tratamos de ofrecer está experiencia este gusto en nuestra casa para que nada le falte a nuestra Buenos Aires querida.
ASI REZABA EL PROLOGO DE CUANDO UNO ENTRABA AL MITICO 123, DESPUES DE ESTO VINO ALVAREZ CERVECERIA
Luciano Alvarez, porteño de los de antes, nacido y criado entre los barrios de Caballito y Floresta fue el precursor en la hoy tan poblada Av Pedro Goyena. El primero en abrir un bar cervecero en la zona, el mítico y amado 123. Muchas historias y mitos se construyeron en base al éxito de ese bar mínimo allá por el 2013, cuando nadie apostaba por los productores artesanales de birra.
Dueño de un paladar entrenado y experimentado en la materia luego de recorrer el mundo y sus fábricas de cerveza, nace este emprendimiento hoy en Caballito a cuatro cuadras de distancia uno de otro. Podemos decir que la marca personal del lugar tiene que ver con la combinación perfecta de comida casera como en los bodegones mas lindos de Bs As y la exclusividad de cervezas. Todas las semanas rotan exclusivamente en sus 20 canillas las cervezas más premiadas y elogiadas del mundo cervecero nacional. Con la decisión firme de desembarcar en el interior del país, podemos afirmar que Alvarez tal como define su hashtag es mucho mas que una cervecería, apostando a la tradición de juntarse a comer y beber, con la premisa de que ese acto unifica e iguala personas, clases sociales, circunstancias y contextos diversos como nada, es que se convierte cada día en casi un Club Social.
ESTO SE DECIA CUANDO ABRIMOS LA PRIMERA DE ALVAREZ CERVECERIA.
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